Parece interesante: ¿¡total!? Estamos en que se trata del misterio. Pero, ¿no se estará auto-engañando el hombre al pretender abarcar lo
que es inabarcable?
Hé, ahí, la gran pregunta.
¿Entonces, la fe es auto-engaño del hombre para consigo mismo al
pretender dar respuestas de lo que no entiende y le supera?
Ese es el gran dolor de
cabeza para muchos pensadores que se cuestionan muy sabiamente estas verdades.
Todo lo contrario. En eso
está la diferencia y la riqueza, ya que yendo contra maneras particulares y
circunstanciales históricas de “creer” universalizados y estructurados de
épocas concretas, están cuestionando y abriendo camino. Y, con ello, dan pasos
agigantados en la mayor comprensión del misterio que es inabarcable, y permiten
acercarnos más, cada vez.
Definitivamente.
¿Pero, algunos de ellos han hecho planteamientos muy osados y un poco
escandalosos, y, a veces, hasta muy fuera de lo que se cree como debe ser el
misterio?
Ahí está lo fascinante.
Hay personas de mentes muy
adelantadas a las épocas y momentos históricos que les ha tocado vivir. Muchos,
poseen un espíritu muy agudo e intuitivo y han sido fieles a sí mismos al
presentar las cosas y verdades tal como ellos las ven. Han sido osados, sin duda,
para las épocas, pero han abierto muchos campos de investigación ayudando a que
el hombre se acerque más a las verdades del mismo misterio, al que aparentemente, están cuestionando o criticando. Han sido
grandes benefactores para el género humano. No se puede negar.
Pues los han causado, porque
se creía que las cosas eran como se presentaban. Y las cosas eran como se
creían. Pero, se sentían con la obligación histórica de hacer al presentar lo
que presentaron a nivel del conocimiento aportando con ello grandes avances en
esas mismas verdades que muchos se sentían como los poseedores.
Son muy vastos los aportes,
al respecto. Es mejor que no digamos nada, sino como referencias generales sin
dar especificidades (véase página 11).
Sin la menor duda.
De manera inmediata, han
generado escándalo y revuelo en el pensamiento. Muchos no se han entendido sino
mucho tiempo después. Pero, han dado sus beneficios.
¿Qué han hecho con los autores de esos pensamientos discordantes con
las situaciones históricas aludidas de manera general?
A algunos de los autores los
han considerados “herejes”, en el caso particular de algunas religiones. A
otros les han tomado idea. Pero, tarde o temprano, han vuelto sobre sus
pensamientos, y después de muchos estudios, por parte, también de otros
“adelantados” y por las mismas líneas, han descubierto que han sido aportes de
incalculable valor.
Definitivamente.
Ahí es donde está lo
interesante: en que han sido momentos históricos concretos y maneras concretas
muy dogmatizadas de ver y comprender las realidades “del misterio”, que se creía que “Dios” era como era la manera particular de ver. Y
esos aportes eran vistos de alguna manera “revolucionarios” o “contestatarios”
(véase pregunta y respuesta 363).
¿O, sea, que, en cierta manera, iban contra unas maneras particulares,
tal vez mezquinas, de ver el misterio de la existencia y la existencia como misterio?
Por eso, eran
contestatarios. Por lo menos, a una época y a una manera cerrada de comprender.
Contra “Dios”, como tal, no.
Contra una manera particular de comprender la verdad sobre “Dios”; si;
simplemente (véase pregunta y respuesta 365).
Definitivamente.
¿De allí que sea necesario estudiar la historia para no incurrir en los
mismos errores de épocas anteriores?
Definitivamente.
¿Y, eso mismo se aplica también a la teología o a las teologías?, porque es evidente, según
estamos descubriendo aquí, que existen teologías aún dentro de la teología, es
decir, de las maneras de concebir la auténtica idea del misterio, es decir, de
Dios.
Es una obligación (véase
preguntas y respuestas 379- 380).
Ni, más; ni, menos.
Puede resultarlo. Pero, es
un imperativo intelectual.
Que es una obligación, sí se
quiere abordar estos temas con suficiente seriedad.
En todos los campos. Porque,
no necesariamente hay que tener una licencia teológica para hacer teología. Ya, que, por caminos paralelos, todo el pensamiento humano, de alguna
u otra manera, está abordando el tema profundo de la teología.
¿Pero, eso mismo, no es ya una intromisión en campos ajenos al propio
saber, en este caso teológico?
No (véase preguntas y
respuestas 380-381).
La psicología, por ejemplo,
que es una ciencia que aborda la mente humana, en función de un
comportamiento social saludable, ya, por
el hecho, de abordar e intentar comprender al hombre, como tal, está, por
caminos paralelos, intentado comprender el misterio del hombre. Y, ya eso es
teología (véase preguntas y respuestas 380-381).
¿Bueno, pero no habíamos dicho que la teología no es el estudio sobre “Dios”; qué tiene que
ver, ahora, el hombre?
Precisamente. Todo lo que
signifique “teología” no es otra cosa que pura “antropología”.
La grandeza de la teología no está en que sepamos mucho y
bastante sobre “Dios”, sino que sepamos mucho y bastante sobre el hombre. Ya
que la teología se comprende en la medida que comprendamos el misterio del hombre.
El hombre y su misterio se explica y se comprende en la
medida en que lo comprendamos como lo que es: como misterio. Y esto está en estrecha relación con “Dios” como la solución del
misterio, precisamente, del hombre.
¡Ah, no! ¿No cree que está haciendo una ensalada y generando más
confusión con esa manera de presentar las cosas, como se están presentando,
ahora?
No. Es así, simplemente.
¿O, sea, que el hombre como no se entiende a sí mismo, entonces,
atribuye esa su no-comprensión al misterio, y en el fondo, se lo está atribuyendo a fuerzas que se le escapan?
Ahí está lo realmente
fascinante.
Más, aún: en el hombre se
encuentra la respuesta sobre Dios.
No se ve por qué. Ya lo
hemos dicho anteriormente cuando hablábamos de que “el hombre es imagen y
semejanza de Dios” (véase la pregunta y respuesta 14).
¿O, sea, que, entonces, entender al hombre, en clave de misterio, es entender
el misterio de “Dios”?
Ni, más; ni, menos.
Sí. Pero, en clave de
misterio.
Sí. Pero, el misterio es la clave.
Ya sabemos, porque se ha insistido en la misma idea, de que el hombre
como misterio. De eso se trata, sin duda. ¿Pero, qué quiere decir, aquí, en clave de
misterio?
Lo está diciendo todo.
Son muchas cosas, al mismo
tiempo.
¡Ah, no! ¡No venga con que dice y no dice! En concreto, vamos al grano,
sin ambigüedades ni nada de irse por las ramas. En lo que estamos.
En eso estamos. Nada, más y
nada menos, que en el meollo de la cuestión.
Si no se ve al hombre en
clave de misterio, no se entiende absolutamente nada, ni sobre el hombre, ni sobre Dios.
Hasta, ahí, estamos claros: ¿Pero, por qué la clave es el misterio? Y ya se está perdiendo la paciencia.
Porque al verse al hombre en
clave de misterio, se está comenzando a resolver el misterio.
Respondamos con preguntas, y
con ello, preguntando se responde, al mismo tiempo:
¿De dónde viene el hombre?
¿El hombre se da a sí mismo la
existencia?
¿Si se diera la existencia por qué
no se la dio infinita y no caduca como la posee?
¿Qué hace al hombre diferente del
resto de los animales?
¿Qué hace que el hombre sea
diferente?
Precisamente, porque es un
misterio.
“Vuelve la burra al trigo”,
como se dice. ¿Y, qué tiene que ver esas preguntas sobre lo que estamos
tratando?
Todo.
Misterio. Es decir, “Dios”
(o número como hubiésemos querido utilizar: véase la pegunta y respuesta 206).
Está bien. Está bien. Admitamos que la clave es el misterio: ¿Por eso la
invención de la palabra misterio, o “Dios” o la palabra que sea para expresar
la misma verdad?
Está dicho.
Pero, se me acaba de ocurrir una idea, y la voy a explorar. Vamos a ver
qué tiene que decir. Prepárese, no más: ¿se citó un texto del libro del Génesis
para hablar del misterio del hombre; sí, o, no?
Sí.
Porque es a lo que tenemos
acceso, por lo menos de manera inmediata.
Aquí, le va una buena: ¿No es eso ya un encasillamiento, en el caso concreto de una religión judía o judeo-cristiana, para ser
más precisos y exactos?
Pues; sí.
Esa está muy buena.
¿O, sea, que otras religiones, distintas a la judía y al cristianismo,
que al fin y al cabo, son de la misma familia, no hablan de esa misma verdad?
Se repite y se reitera, que
esas preguntas están muy buenas.
En absoluto; nada.
Aquí le va otra, a ver sí se repone, cosa que dudo: ¿O, sea, que la
creencia y la invención de la idea de“Dios” y la palabra misterio, no serán inventos de estas religiones?
Lo dudo.
Porque es a la que se tiene
acceso.
Bibliográficas; sí.
Pero, no se puede negar que
se trata de misterio.
Vuelve con la palabrita que me tiene hasta la coronilla: ¿Por qué no
inventarse otra palabra que no sea misterio?
Acudamos, entonces, a la
palabra “silencio”. Pero, va a significar lo mismo.
Está bien. Está bien. Usemos “misterio”, aunque la palabra “silencio” me está inquietando y me está gustando.
Le estoy tomando simpatía, con todo y todo.
¡Qué bueno!
Super buenas; sin duda.
¿Las preguntas que fueron super buenas, y lo son, dan pie para hablar
de unas religiones y de otras religiones, para hacer diferencias entre ellas?
Sí.
Puede darse.
Es.
Es el peligro y la
tentación.
¿Eso quiere decir, que la aproximación más cercana a “Dios” y al
misterio puede darse sólo a través de la
religión judía?
No necesariamente.
El tema es delicado.
¿Sí es así, y no ha contestado, no podría verse a estas dos religiones
con carácter de auto-exclusividad?
Viendo como estamos viendo
las cosas, hasta ahora, en estas páginas, podría ser la tentación.
La Revelación.
En el sentido de las mismas
Escrituras utilizadas por estas dos religiones, en que Dios se les manifiesta.
Se les comunica.
Hé ahí el gran problema.
¡Muy interesante!
¿Será en verdad que “Dios” las ha escogido para manifestarse a través
de ellas a la humanidad, o, será una pretensión de auto-denominarse escogidas?
Un grave problema. No se
sabe responder.
Y, es mejor que no sepa, porque, ¿no será esa una manipulación y un
privilegio que no se puede abrogar nadie, mucho menos un pueblo, como en el
caso judío?
Silencio.
Pues...
¿No será, más bien, que existen pueblos o razas más aventajadas que
otras, a nivel de búsqueda y de reflexiones, y, los judíos, es uno de ellos, y
tomó la iniciativa al respecto, y con ello, ha logrado manipular al resto de la
humanidad?
Pues...
¿Y, entonces, “Dios” o su aproximación al misterio del sentido de la existencia de
la vida del hombre, no es otra cosa que invento judío, aún más,
judeo-cristiano?
Pues...
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